1965-1975 Muscle Cars americanos: causas de la desaparición

En la década de los 60, surgieron los famosos muscle cars, que han pasado a la historia por méritos propios, y que, seguro que te suenan de películas y series como Gran Torino, American Graffiti, Starsky y Hutch o Death Proof (entre otras muchas).

Sus rasgos deportivos y musculosos le confieren un aspecto muy agresivo, cualidad que se refleja con el potente motor que llevan y el precio de compra relativamente asequible.

En este post, haremos un repaso por el auge y declive de estos icónicos vehículos, y repasaremos los modelos más emblemáticos. Seguro que te suena más de uno.

El primer muscle car americano

Los muscle cars surgen en un contexto muy específico que se da en la década de los sesenta en Estados Unidos:

  • Por un lado, la industria automovilística había dejado de fabricar vehículos para pasajeros durante la Segunda Guerra Mundial, y Chrysler había perfeccionado los motores de V8 para que tuvieran más potencia con los HEMI V8 de Chrysler.
  • El bajo precio de la gasolina, sumado a la nula regulación de emisiones, favorecía el desarrollo de motores de gran cilindrada.
  • Se construyeron nuevas autopistas durante la guerra para facilitar el transporte de material por carretera. Algo que se aceleró tras la aprobación de la Ley de Ayuda Federal de Carreteras de 1956, también conocida como la Ley de Autopistas Interestatales.
  • La revolución juvenil de los 60. Los jóvenes querían conducir algo diferente y más potente que lo que conducían sus padres, algo que reflejase su estilo y su idea de libertad y rebeldía, pero no tenían dinero suficiente para invertir en vehículos de alto rendimiento. Los más asequibles eran los Ford Falcon y los Rambler American, que no ofrecían motores ni carrocerías deportivas.

 

Pontiac GTO (1964-1972), el primer muscle car de la historia

Cuando el ingeniero John DeLorean llegó a Pontiac, lo hizo con la intención de renovar la marca al completo, aportando más frescura a los diseños y captando las nuevas necesidades de los conductores norteamericanos.

Tomando como base el Poniac Tempest, en 1963 construyó un prototipo que venía con varias mejoras funcionales y estéticas: motor V8 de 398 pulgadas cúbicas (6.4 litros) de 325 CV, transmisión manual de cuatro velocidades, palanca de cambios Hurst más resistente a los embistes, y Wide Track (ejes más anchos). Su apariencia llamaba la atención de los más jóvenes, pero más atención captaba su precio: no llegaba a los 3200 dólares.

Pontiac GTO

Tras el éxito como prototipo, en 1964 General Motors dio el visto bueno y comenzó su producción, surgiendo así una nueva religión y filosofía dentro del mundo del automóvil. Las ventas se dispararon hasta el punto de que los concesionarios debían vender menos unidades porque no daban abasto con la producción.

Después del Pontiac GTO, llegaron otros coches igual de baratos, atractivos y potentes de todas las marcas: Oldmobile 442, Chevrolet Chevelle, Dodge Challenger, Plymouth Barracuda.

¿Qué modelos son los muscle cars estrella americanos en los años 60?

Entre 1965 y 1975, fue la era dorada de los muscle cars en Estados Unidos. Casi todos derivaban de coupés y descapotables que, aunque no nacieron como deportivos, tenían una potencia muy elevada.

Chevrolet Camaro (1972-actualidad)

El Chevrolet Camaro es uno de los más icónicos. Fue introducido en 1966 como competencia del Ford Mustang y del Pontiac Firebird.

A lo largo de sus generaciones, ha presentado diferentes opciones de motor, incluyendo algunos de los más potentes de la época, como el motor V8 de 427 pulgadas cúbicas (7.0 litros) que se ofreció en la primera generación.

Chevrolet Camaro

Además de su impresionante potencia y rendimiento en la carretera, el Camaro también se ha destacado por su aspecto icónico.

Con diferentes rediseños y modificaciones debido a las restricciones anticontaminación, los Camaro aún se fabrican y han sido un gran y duradero éxito para General Motors.

Chevrolet Chevelle (1964-1977)

El Chevrolet Chevelle es otro de los modelos emblemáticos de la época de los muscle cars estadounidenses. Fue producido por la división Chevrolet de General Motors desde 1964 hasta 1977, y se ofreció en una variedad de modelos, incluyendo cupés, descapotables, sedanes y station wagons.

Chevrolet Chevelle

También presentaba diferentes opciones de motor con diferentes niveles de potencia, como el LS6 de 454 pulgadas cúbicas (7.4 litros), que producía hasta 450 caballos de fuerza.

Chevrolet Chevy II / Nova (1962-1979)

Cuando el Chevrolet Corvair fue desbancado por el Ford Falcon en 1960, Chevrolet comenzó a trabajar en un vehículo compacto más convencional, que terminaría siendo el Chevy II.

La versión estándar montaba un motor de 153 pulgadas cúbicas (2.51 L) de 4 cilindros que desarrollaba 90 HP, mientras que también existía la opción de llevar uno de seis cilindros en línea de 194 pulgadas cúbicas (3.18 L) con 120 HP. Más tarde, incluía un motor V8 de 350 pulgadas cúbicas (5.7 litros), que producía hasta 300 caballos de fuerza.

Chevrolet Chevy II / Nova

Estuvo disponible en versión descapotable entre 1962 y 1963, y también en dos puertas sin parantes entre 1962 y 1965. El hardtop se introdujo más tarde a la serie.

Dodge Charger (1966-1987; 2006-actualidad)

Tras el éxito del Ford Mustang, el Pontiac GTO y otros vehículos de la época, Dodge, división de Stellantis produjo desde 1966 hasta 1987 el Dodge Charger, que posteriormente se reintrodujo en 2006.

Se caracteriza por un diseño agresivo y aerodinámico, lo cual lo convirtió en uno de los muscle cars más conocidos.

Dodge Charger

El Charger era como el Coronet, pero con el techo fastback de dos puertas, faros escamoteables en la parrilla delantera y toldo curvado hacia atrás.

Estaba disponible con una amplia gama de motores, siendo uno de los más populares el Hemi V8 de 426 pulgadas cúbicas (7.0 litros), que producía hasta 425 caballos de fuerza.

Ford Mustang (1964-aujourd'hui)

El Ford Mustang fue introducido por Ford en 1964, y desde entonces no ha dejado de producirse. Con un precio inicial de 2368$, en el primer año superó las 400000 ventas, y, en dos, el millón.

Se destacaba por un estilo deportivo y elegante. Su capota larga y cubiertas traseras cortas llamaban la atención de los más jóvenes.

La primera generación estaba disponible con un motor de 6 cilindros en línea, 2.8L y 102 CV a 4400 rpm.

Ford Mustang

También estaba disponible con un V8 de 289 pulgadas cúbicas (4.7 litros), que producía hasta 271 caballos de fuerza.

Desde su origen, han sido varias las generaciones que han venido. La última, la séptima, se presentó en septiembre del año pasado.

Ford Torino (1968-1976)

El Ford Torino es un automóvil que Ford produjo para Estados Unidos de 1968 a 1976 como una versión de lujo de tamaño intermedio del Ford Ferlaine que la misma compañía produjo entre 1962 y 1970, y más grande que el Mustang. Se presentó con más peso, una parrilla delantera empotrada y faros cuádruples horizontal.

Ford Torino

Ford tuvo varias opciones de motor para su Torino. De serie, todos tenían uno de 6 cilindros 200 CID (3,3 lt), salvo los modelos de Torino GT, que venían con un V-8 de block pequeño 302 CID (4,9 L) 2V. El más potente era el Cobra Jet V8 de 428 pulgadas cúbicas (7 L), que producía hasta 335 caballos de fuerza.

A día de hoy, sigue siendo un modelo muy valorado por los coleccionistas y apasionados de los coches clásicos.

AMC Javelin (1967-1974)

El Javelin debutó en 1967 con un precio de salida de 2743 dólares, y se presentó como competencia del Ford Mustang y el Chevrolet Camaro ofreciendo más espacio y una mayor comodidad en el interior.

Cumplía con los estándares de seguridad de la NHTSA, ya que incorporaba posteriores interiores del parabrisas, manijas de puertas estilo paleta montadas al ras, luces de marcado laterales exteriores, cinturones de seguridad de tres puntos y reposacabezas en los asientos delanteros.

AMC Javelin

Se ofreció con dos opciones de motor estándar: un motor AMC XJ de seis cilindros en línea de 4.0 litros (232 pulgadas cúbicas) que alcanzaba los 129 km/h, y un motor AMC V8 de 290 pulgadas cúbicas (4.8 litros) con carburador de dos cuerpos que alcanzaba una velocidad máxima de 161 km/h. También estaba disponible un motor V8 de 343 pulgadas cúbicas (5.6 litros), disponible en versiones con carburador de doble cuerpo para combustible regular o de cuatro cuerpos para combustible de alta compresión.

A mediados de 1968 se ofreció como una opción del “paquete Go” el nuevo motor AMX de 390 pulgadas cúbicas (6.4 L), que producía hasta 340 caballos de fuerza.

A día de hoy, es uno de los modelos más apreciados entre los fanáticos de AMC.

Oldsmobile Toronado (1966-1992)

El Toronado fue un gran turismo deportivo que General Motor produjo bajo su firma Oldsmobile entre 1966 y 1992 para que compitiera con el Ford Thunderbird y el Buick Riviera de GM.

Era algo diferente a lo que se venía ofreciendo: tenía una impresionante carrocería y tracción delantera que mejoraba el manejo y la estabilidad en carreteras mojadas o con nieve, y un diseño muy aerodinámico.

Oldsmobile Toronado

Incorporaba un motor V8 de 7L que le permitía alcanzar una velocidad máxima de 217 km/h, algo impresionante para aquel momento. Pero el motor más potente fue el Rocket 455 V8 de 7.5 litros, que producía hasta 400 caballos de fuerza.

Al éxito de la primera generación le siguieron otras tres, y la cuarta y última dejó de producirse en 1992.

Causas de la desaparición de los muscle cars

Mientras la década de los 60 el afán de libertad abría un nuevo horizonte para los muscle cars, la concienciación que venía con los 70 llevó a este tipo de vehículos a caer en el olvido.

Alto consumo de combustible

En 1973 comenzó la crisis del petróleo, y los precios del combustible, debido a la baja disponibilidad, se dispararon hasta el punto de triplicarse. Esto hizo que los propietarios de los muscle cars no pudieran llenar el tanque de sus coches, así que perdieron el interés en este tipo de vehículos y comenzaron a fijarse en otros de menor consumo o más prácticos.

Además, las regulaciones gubernamentales en los Estados Unidos comenzaron a establecer límites en las emisiones de contaminantes de los automóviles. Los muscle cars, que a menudo no cumplían con estos límites, se vieron afectados por estas regulaciones y muchos fabricantes de automóviles tuvieron que reducir la producción o abandonar completamente la fabricación.

El aumento de la siniestralidad llevó al aumento de los precios de los seguros

Estos vehículos tenían motores de gran potencia, normalmente entre 200 y 400 CV con frenos de motor, suspensiones arcaicas, peso mal repartido, neumáticos con mal agarre, y las medidas de seguridad brillaban por su ausencia.

El elevado número de siniestros y de accidentes que se producían con estos vehículos hizo que el precio de las pólizas de seguros se encareciera hasta ser disuasorio para los más jóvenes.

La entrada en vigor de la Clean Air Act

En esta época, las grandes marcas de coches estaban fabricando vehículos con hasta ocho cuerpos de carburador con técnica arrastrada, cambios de tres o cuatro marchas. Mientras tanto, la contaminación era tal que respirar aire puro en ciudades como Los Ángeles era casi imposible.

Por lo que, en 1970, se aprobó en Estados Unidos la Clean Air Act (‘Ley del Aire Limpio’), que tenía como objetivo mejorar la calidad del aire desde el punto de vista de la salud humana y del medioambiente. Esta normativa obligaba a los fabricantes de automóviles a reducir relaciones de compresión, usar gasolina con menos plomo y, por tanto, reducir las potencias de los motores.

Pérdida de potencia y de atractivo

La mencionada normativa medioambiental obligaba a reducir la potencia de los motores: algunos modelos llegaron a perder 200 CV en tan solo dos años, como es el caso del Chrysler 440, que, si bien en su máximo esplendor alcanzó 390 HP, en sus últimos años solo producía 225.

Esto hacía que los usuarios no encontraran los muscle cars tan atractivos, y el interés en estos vehículos no hacía más que descender. Para ajustar la oferta a la demanda, muchas firmas dejaron de producir modelos que no eran rentables, y otras intentaban compensar la falta de potencia de otras formas: con falsas tomas de aire, decoración con vinilos, rejillas o llantas.

En resumen, la época dorada de los muscle cars fue breve pero intensa, y los mismos motivos que contribuyeron a su origen fueron los responsables de su final. Sin embargo, en la década de los 2000 resurgieron levemente de entre sus cenizas con la vuelta de los Mustang, los Camaro y los Challenger. Aunque no volverían a ser lo mismo.

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