Citroën DS21: ¡Qué viene el tiburón!

Cuando España se empezó a motorizar en la década de los cincuenta y sesenta, lo hizo sobre todo con coches pequeños, los que también levantaron Europa en los años posteriores a la Segunda Guerra Mundial – estos eran los Fiat 500, Citroën 2CV, Renault 4L, Volkswagen Beetle y, en nuestro caso, fue el SEAT 600. Pero para muchas familias españolas, no eran eso. El SEAT 600 era la ‘pelotilla’ y el Renault 4L era el ‘Cuatrolata’. Así, con una infinidad de coches, motes, sobrenombres que han perdurado hasta el día de hoy. Otro de ellos, pero desde un punto de vista de mercado completamente diferente, era el Citroën DS21. A algunos veteranos, este nombre no les suena demasiado…hasta que se menciona la palabra ‘Tiburón’. Y entonces recuerdan todos los tiburones que han visto en carreteras españolas en los últimos 50 años.

Citroën DS apodado Citroën Tiburón​

Estos nombres, las pelotillas, los cuatrolata, los tiburones…están en vías de extinción, por no decir ya prácticamente extintos. Cuando estos coches recibían su apodo era porque eran, en cierto sentido, parte de la familia, un integrante más al que se le cogía cariño y se le cuidaba y personalizaba (aunque fuera simplemente con algún pequeño detalle, no hablamos de tuning…aunque lo había). Una costumbre que también se veía, en ciertos casos se sigue viendo, en otros países con una cultura de motor más arraigada, como puede ser en Reino Unido. Pero son pocos, por no decir casi ninguno, los coches modernos que reciben apelativos populares cariñosos. El mercado ha cambiado, los coches han cambiado…y la sociedad también, tanto o más.

Citroen DS21

Cuando Citroën crea el DS21, sucesor del Traction Avant, la marca de los dos chevrones se había metido, ella solita y casi sin darse cuenta, en un embrollo. Por un lado tenía el 2CV, el coche sencillo del pueblo, el que había motorizado a gran parte de Europa, pero era un coche barato…y estos no producen un gran retorno por unidad fabricada, algo que en el mercado actual lo están cortando por lo sano, para detrimento de sueldos más bajos. En el otro espectro estaba el DS que sería lo que conocemos hoy día como un coche aspiracional, más orientado al segmento de lujo, a una comodidad de marcha suprema para la tecnología existente en los cincuenta y sesenta. En medio del mercado…nada. Lo otro que tenía en el mercado era la furgoneta Type H (muy querida y hoy símbolo de los ‘food trucks’) y la camioneta Type 23.

De hecho, Tiburón no fue el único nombre que recibieron los DS21 y DS23 al ser acogidos en España, pues algunos lo llamaban también Sapo. Ya fuera por los ‘ojos de rana’, analogía de los pilotos delanteros, o por la propia ‘stance’ del coche con las ruedas traseras parcialmente cubiertas, como una rana con las (deliciosas, según que gustos) ancas flexionadas antes de brincar. Al contrario que hoy día, donde los coches suelen llegar más o menos al mismo tiempo en toda Europa, en Francia este coche se estrenó en 1955 como DS19, llegando el DS21 en 1965. Hablamos de un coche que estuvo en las cadenas de montaje nada menos que veinte años, perdurando hasta mediados de los setenta (cuando ya había sido reemplazado por el CX. Pocos en realidad comparado con el 2CV que perduró hasta 1990.

Citroen ID: menos lujo y potencia

Es cierto que, para rellenar ese hueco enorme entre el 2CV y el DS, Citroën decidió hacer una variante más económica del DS, más cuando Francia aún se estaba recuperando de los efectos de la Segunda Guerra Mundial una década después del fin del conflicto armado. Este fue el ID, con menos lujo y menos potencia, una diferencia de potencia que aumentó cuando al DS19 se le aumentó la potencia a 83 caballos al incorporar un carburador Weber. El Citroën DS contaba con dirección asistida y transmisión hidráulica, dos elementos que el Citroën ID no tenía para ajustarse a los costes. Contaba con variantes de cuatro puertas e incluso una familiar, pero jamás llegó a tener la fama del ilustre DS.

Salpicadero Citroen DS21

El DS21 que España conoció a partir de 1968 era un coche muy especial – aparte de llamarse DS por la palabra francesa ‘déesse’ (diosa). No en vano, se trata del primer coche fabricado en serie con suspensión hidroneumática, la que caracterizaría a Citroën de cara a las décadas siguientes, una fórmula que se perfeccionó con el Xantia y el C5 de principios de este siglo. Esto le daba una eficacia en curvas y una comodidad espectaculares, capaces de autorregularse en función del firme de la carretera y la carga que llevase, tanto en el maletero como de los pasajeros. Se trataba de un salto de calidad espectacular que, aunque algunos fabricantes se han atrevido, nadie lo hizo con el atrevimiento y acierto de Citroën. El DS, así como sus sucesores, son los iconos de la ‘marcha’ francesa, esa puesta a punto orientada hacia el confort.

El número que acompañaba a los DS indicaba a la cilindrada: el DS19 era un 1.9, el DS21 un 2.1 y el DS23 un 2.3. El DS21 ya superaba los 100 caballos, incluso los 125 en el caso del DS21 IE, mientras que el DS23 de inyección electrónica alcanzaba los 143 caballos. Pero la potencia no era su punto fuerte. Era su comodidad y su tecnología, además de ser el primer coche de serie con discos de freno en lugar de frenos de tambor. En su revisión final, la llamada Phase III, incorporó los novedosos faros direccionales, inclinándose hacia donde apuntaran las ruedas para anticipar la luminosidad en las curvas.

Artículo escrito por David Centeno.

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