Durante las décadas de los 80 y 90, si hay una marca que apostó por la promoción de los rallies en España, ésta fue Peugeot; y si hay dos modelos que marcaron dicha época nos quedamos con los 205 Rallye y 106 Rallye, dos bólidos nacidos para los tramos, sin concesiones al confort o a los detalles superfluos, únicamente concebidos para obtener las sensaciones más puras al volante, convertirse en verdaderos “coches-escuela” de futuros pilotos, y con el que disfrutar al máximo de la conducción más deportiva. Hoy día son objetos de culto para los amantes de los rallies y codiciadas piezas de colección.
El Desafío Peugeot
El germen de esta competición -la copa monomarca de rallies más importante y longeva de España- se puso en 1971, cuando el ingeniero de la casa Alicio Romeo fue designado por la dirección para desarrollar esta copa, naciendo así el Desafío Simca (con los Simca 1000 y 1200). Tras una década de éxitos, en 1981 la copa muta a Desafío Talbot, y pasa a disputarse con los Samba y Horizón hasta 1984. Y llegamos a 1985, año en el que se adopta el nombre de Desafío Peugeot y comienza a utilizarse el 205, las primeras temporadas con los GTI y la últimas con los Rallye. La aceptación y fama de esta competición fue creciendo, y desde 1993 hasta el 2000 el elegido fue el Peugeot 106.
Muchos fueron los pilotos que inscribieron su nombre como vencedores en esta prestigiosa competición “de lanzamiento”, y de hecho varios de ellos llegaron más adelante a metas superiores, pues entre otras cosas el premio del Desafío era el de ser piloto oficial de la marca en el Campeonato de España de Rallies del año siguiente. Jaime Azcona, Sergio Vallejo, Manuel Muniente o Miguel Fuster fueron sólo algunos de los que, tras imponerse en el Desafío, progresaron en sus carreras como pilotos de rallies. Ya en este siglo XXI, el Desafío continuó con los 206 XS hasta que Peugeot Sport España dejó de convocar la copa en el 2008. Pero si nos hemos de quedar con dos ejemplares de calle que representan el más puro espíritu del Desafío, éstos son los Peugeot 205 Rallye y Peugeot 106 Rallye.
Peugeot 205 Rallye, o para correr, o para fanáticos de los rallies
Este coche sí que era, como llaman hoy día los responsables de marketing, “para un nicho de mercado”; y en concreto para un nicho muy pequeño, porque el Peugeot 205 Rallye se compraba o bien para ponerle barras y salir a correr, o bien para unos pocos fanáticos de los rallies, pues por precios similares existían otros rivales, no tan puros y pasionales, pero sí de prestaciones similares y mejor equipados para el confort. Y como rezaba el anuncio de la época (https://www.youtube.com/watch?v=cbd0-u8-Y0c) ¡Contigo al fin del mundo!
La receta era sencilla: prescindir de elementos superfluos, dotarle de un motor bien alimentado, suspensiones firmes y caja de cambios de desarrollos cortos. Para ello se eliminaron incluso aislantes de ruido, detalles comunes como los elevalunas eléctricos, etc.; quedando el peso total en 790 kilos. Unos pocos detalles racing en su carrocería daban algunas pistas de su vocación, así como en el interior, austero, pero con moqueta roja y asientos deportivos de buena sujeción. Todos los 205 Rallye eran blancos y con sus llantas de chapa blancas.
A nivel mecánico se tomó la base de “su primo”, el Citroen AX Sport, pero montando ahora dos carburadores Weber 40 de doble cuerpo el rendimiento mejoraba 8 CV para situarse en 103 CV. Eso sí, subiendo de vueltas con decisión, ya que esta cifra de potencia se obtenía a nada menos que 6.800 rpm. Nada de comodidades y cilindradas más altas (como sus hermanos GTI 1.6 y 1.9), éste era un coche para “ir a saco”. Sus prestaciones son nada desdeñables: 9,6 segundos en aceleración de 0 a 100 km/h y 190 km/h de velocidad punta.
La puesta a punto por supuesto acompañaba, con una suspensión bastante dura, una caja de cambios de 5 velocidades de desarrollos cortos, unos frenos delanteros de disco como los del GTI 1.9, y unos neumáticos de sólo 165 de ancho sobre llanta de 13 pulgadas. Ágil, manejable y muy juguetón. Debemos tener en cuenta que su carrocería apenas media 3,70 metros de largo y 1,57 metros de ancho, y la distancia entre ejes de 2,42 metros. El Peugeot 205 Rallye se vendió entre 1988 y 1992, en mucha menor medida que los GTI. Sus principales rivales fueron el Citroen AX Sport y, en menor medida, el Suzuki Swift 1. 3 GTi.
Llega un nuevo bólido, todavía más pequeño y juguetón, el 106 Rallye
En 1993 aparece el nuevo 106 Rallye, tanto para la calle como para la disputa del Desafío Peugeot. Más pequeño todavía, en cuanto al coche de calle el 106 en realidad era de un segmento inferior (pues al 205 lo sustituiría el 206), pero como minideportivo y coche base para los rallies el nuevo 106 era tan adecuado o más que el 205.
El tamaño del nuevo 106 se reducía en 14 cm de longitud, hasta sólo 3,56 metros, así como la distancia entre ejes, en este caso 4 cm inferior; si bien era ligeramente más ancho. Su presentación era igualmente básica, con lo justo, sus llantas de chapa blancas y dos colores disponibles más, pues además del blanco se podía comprar en rojo o en negro.
Aunque mantenía la mecánica de 1,3 litros del 205, ahora las medidas anticontaminación obligaban a la instalación de catalizadores, lo que provocó también la sustitución de los dos carburadores dobles por un más moderno sistema de inyección. La potencia se quedaba ahora en 98 CV, y a un régimen de revoluciones todavía mayor: 7.200 rpm ¡todo un molinillo! El peso subía ligeramente hasta los 810 kilos, y las prestaciones que homologaba eran de 190 km/h y 10,3 segundos de 0 a 100 km/h.
En cuanto al chasis, las suspensiones y frenos las compartía con el 106 XSi, pero el Rallye con estabilizadoras más gruesas. Los neumáticos son más grandes que los de su predecesor, con 175 de ancho y 14 pulgadas de diámetro. Tres años después llegaba un restyling a la gama 106, y a la versión Rallye se le aumenta la cilindrada. Este nuevo “Fase 2” (del 96 al 98) montaba el motor de 1,6 litros y 8 válvulas de 103 CV (también hubo un 106 GTI 16v de 120 CV), y junto a unos discos para los frenos traseros y el sistema ABS, añadía la dirección asistida.
Además de ser el “coche-escuela” del Desafío, tanto el 106 Rallye como el 205 Rallye fueron utilizados por multitud de equipos en los años 90 ¡raro es el piloto que no se puso al volante de uno de éstos en dicha época! Su competitividad fue evolucionando, con los Gr.A, los primeros Kit Car “estrechos” y, finalmente, en 1997 con el debut de un atómico Peugeot 106 Maxi, un Kit Car que con su misma base mecánica de 1,6 litros llegó a alcanzar los ¡238 CV a 9.500 rpm! Este Kit Car fue utilizado por algunos de los pilotos salientes del Desafío, como Miguel Fuster, Enrique García Ojeda o Javier Azcona, quienes los hacían volar en los tramos del Campeonato de España de Rallies, subiéndose en varias ocasiones al podio.
Unas décadas después, los 205 Rallye y 106 Rallye ya son verdaderas piezas de colección
Hoy día, ni del 205 Rallye ni del 106 Rallye quedan apenas unidades en estado de origen, y se cotizan tanto o más que los GTI, por lo que encontrar una de ellas es un lujo que todo buen aficionado a los rallies debería aprovechar. Actualmente, en Soul Auto puedes encontrar un 106 Rallye restaurado, con todo original, y disponible en este enlace: https://soulauto.com/1994-peugeot-106-rallye/