Cuando pensamos en coches de bodas, muchos nos imaginamos un elegante coche negro, grande – pero no demasiado – de entre los años treinta y cuarenta. En efecto, la imagen que a muchos se nos viene a la cabeza es el Citroën Traction Avant, el cual tuvo varias versiones durante su longeva vida – no hay que olvidar estuvo fabricándose entre 1934 y 1957. Eso sí, no se produjo durante todos esos años ya que se paralizó durante la Segunda Guerra Mundial, volviendo a producirse desde 1946 en adelante. En España y Argentina era comúnmente denominado como Citroën 11 o Citroën 11 Ligero.
Ahora bien, hace falta aclarar algunos aspectos. Sí, el Citroën 11 es el Traction Avant, pero el Traction Avant también tenía varias versiones dado que su motorización también era variada. Por ejemplo, contaba al principio con el Citroën 7 de cuatro cilindros y 32 caballos de potencia, evolucionando en los 7B y 7C de mayor cilindrada. El Citroën 11 que quizás se ha visto más en las carreteras y puertas de iglesias en España monta un motor 1.9, también de cuatro cilindros, que ofrece unos 46 caballos de potencia. Ahora bien, también existió un Citroën 15 que equipaba un motor de seis cilindros 2.9, mucho más grande y potente – en concreto, entregaba 77 caballos. Incluso llegó a existir un Citroën 22 con motor V8 que daba unos 100 caballos, pero de este modelo no se conservan ejemplares enteros originales a día de hoy.
Los números de la familia Traction Avant hacen referencia a la potencia fiscal de cada uno de ellos – era el caso del 22, que daba 22 caballos fiscales (incluso se creyó en aquél entonces que su motor V8 era en realidad dos motores cuatro en línea del 11 unificados, de ahí su nombre y potencia fiscal). Montaba una caja de cambios manual de tres velocidades que se refinó con el tiempo, pues daba problemas en las primeras unidades – Citroën, en un alarde de vanguardismo, llegó a plantearse montar una caja automática en el 22. Pese a sus formas estilizadas y carenado curvo, el Traction Avantnunca fue el ‘Pato’ de Citroën, como muchos creen: ese era el Rosalie, el modelo antecesor.
Tampoco se puede decir que el Citroën Traction Avant, como algunos afirman, fue el primer coche de tracción delantera en la historia. Ya habían existido otros coches de tracción delantera frente a la entonces común corriente de tracción trasera y motor trasero, pero el Citroën Traction Avant fue sin duda el que mejor aplicó la idea a nivel comercial y en la cadena de montaje. La marca de los dos chevrones quería un coche ligero y que no fuera demasiado grande, lo que consideraríamos hoy día un coche del sector de lujo. El coche fue evolucionando y, en sus últimos años, ya entrados los 50, llegó el 11B. Este seguía montando un motor de cuatro cilindros y dos litros de cilindrada, pero alcanzaba los 65 caballos de potencia. También era más fiable y creció su maletero para hacerlo más práctico.
Obviamente, a día de hoy sacar 65 caballos de un 2.0 atmosférico parece muy poco, teniendo motores mucho más apretados que dan fácilmente el doble de potencia o más. No obstante, gracias a la propia cilindrada del motor puede ofrecer un buen par motor a bajas vueltas, sin hacer demasiado esfuerzo, lo que le permite ser un coche que funciona muy bien para paseos a no demasiada velocidad. Como por ejemplo…en ciudad, o en paseos desde una boda hasta el convite. Es por eso, además del atractivo estético, que estos coches (vehículos de los años treinta y cuarenta con motores de gran cilindrada) se han ganado esta reputación con el tiempo.
Sin duda, el Traction Avant ha marcado una época y a día de hoy sigue marcando días muy especiales para parejas en todo el mundo, aparte de sus apariciones en el cine – lo condujo el mismísimo Harrison Ford en ‘Indiana Jones y la última cruzada’, la tercera película de la trilogía original (rodada además en España, en concreto las cercanías de Agua Amarga, Almería). Las últimas unidades llegaron a equipar las primeras suspensiones hidráulicas de Citroën, las que le dieron un carácter especial a los modelos franceses durante generaciones. Por supuesto, esta suspensión hidráulica se terminó de refinar en el modelo sucesor del Traction Avant, que no fue otro que el Citroën DS – el que conocimos en España como ‘Tiburón’, entre otros nombres que se labró el ingenio del pueblo de aquellos años.
Artículo escrito por David Durán