Rover 114 GTI: Un peso pluma diferente

El Rover 100 fue uno de los últimos modelos que la marca británica, antaño uno de los símbolos de la British Leyland, lanzó al mercado. De hecho, a principios de los noventa seguía manteniéndose fuerte con modelos interesantes, como el 200 Coupé, los 600 o los 25 y 45 – dos que tuvieron también variantes deportivas, los MG ZF y ZS. De todos ellos, quizás el 100 es uno de los más olvidados, siendo el más pequeño de todos ellos así como el más modesto. Aún así, Rover aún no había perdido en los años noventa su carácter deportivo, sacando el Rover 114 GTI que heredaba el legado del Austin Metro que fue la base del espectacular MG Metro 6R4 del Grupo B que corrió en la era dorada del Mundial de Rallyes.

El Rover 100 era el sucesor del Austin Metro y, en según que partes del mundo, el último Rover compacto producido por la marca antes de su desaparición – lo que en España conocimos como el compacto barato Tata Indica se vendió en Reino Unido como el Rover CityRover, ya cuando la marca estaba en fase terminal antes de su desaparición. Ahora bien, en los noventa aún gozaba de vida y tenía propuestas interesantes para el mercado, en un momento en el que los coches compactos tenían más presencia y carácter que en la actualidad. El Rover 100 sale al mercado en 1990, reemplazando al ya entonces vetusto Austin Metro, el cual había sido uno de los muchos intentos de la British Leyland de encontrar un sucesor digno del Mini, que seguía en aquel momento en venta.

El Rover 100 era un coche normalmente modesto, con pequeños motores 1.1, 1.4, así como los 1.4 y 1.5 diésel con potencias propias de un coche urbano. A mediados de los noventa el Rover 100 se sometió a un rediseño profundo, el cual se adivinaba desde el anterior por los cambios en los parachoques delanteros y en los faros delanteros. Por dentro, heredó los asientos del Rover 200 (el cual también había sido considerado como sucesor del Mini) y se cambiaron algunos aspectos que lo hicieron más cómodo de conducir. Aún así, en términos de seguridad el Rover 100 era inferior a otros rivales de su segmento, a lo que se suma que no estaba bien protegido contra la oxidación – un mal propio de los coches ingleses clásicos y los de la British Leyland en particular desde décadas atrás.

Si el Rover 100 era una idea de Mini moderno, el Rover 114 GTI 16v era un equivalente del Mini Cooper, la versión deportiva que heredó ese ADN que tantos éxitos cosechó en circuitos y en rallyes. El motor seguía siendo el Rover Serie K, pero mejorado hasta dar 90 caballos en sus primeras versiones (los de inyección monopunto) y más de 100 en las últimas (inyección multipunto). Esto, combinado con el peso pluma del 114 GTI (unos 840 kilogramos en vacío), da lugar a una conducción muy dinámica con un coche que puede subir mucho de vueltas – como ocurría con otros coches GTI de 16 válvulas de la época, donde la potencia llega en la zona más alta del cuentarrevoluciones. Al ser un motor relativamente ligero, también ayuda al comportamiento del tren delantero.

El 114 GTI era también un coche particular a nivel dinámico al utilizar la suspensión Hydragas de Rover. Este sistema es una suspensión intercomunicada que utiliza un depósito de gas (nitrógeno) en forma de esferas para accionar la suspensión de manera activa, manteniendo una gran estabilidad – eso sí, es importante recargar el depósito cada cierto tiempo, pues de lo contrario el coche se vuelve más torpe en los movimientos y cambios de dirección. Era común que este sistema fallase pese a que contaba con un sistema de bombeo para prolongar la vida útil. Con estas credenciales, era obvio que el 114 GTI se vería en rallyes y algunas pruebas de circuitos, si bien nunca tuvo un éxito arrollador como tuvo el Mini en su momento.

Como muchos otros modelos de Rover y de marcas ya inexistentes en la actualidad, el Rover 100 tiene aún muchos entusiastas, la gran mayoría en el Reino Unido, quienes los siguen manteniendo al día y cuidándolos con el máximo mimo – de hecho, hasta tienen kits de conversión para cambiar el sistema de suspensión Hydragas por uno convencional. En cualquier caso, se trata de un clásico interesante, diferente sin duda ya que no se vieron demasiadas unidades en su momento. Una opción interesante para aquellos amantes tanto de los coches clásicos como de los modelos ingleses que siempre tuvieron una forma diferente de entender el automóvil – sobre todo si se trata de coches de peso liviano.

 

Artículo escrito por David Durán

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