Descubriendo los 3 mejores coches clásicos americanos

¿Sabes cuáles son los mejores vehículos americanos? Los coches clásicos nunca pasan de moda y son muchas las marcas estadounidenses que han conseguido hacerse un hueco en la historia del automovilismo: Ford, Chevrolet, Dodge, Pontiac, Cadillac… 

Así, hay diferentes compañías y modelos que llevan consigo el inconfundible sello de la excelencia americana. Hoy te desvelamos tres de los más emblemáticos para que los conozcas en detalle.

¡Arrancamos!

Los 3 mejores vehículos americanos: coches clásicos que han pasado a la historia

Es innegable que los fabricantes de coches de ciertos países han conseguido destacar a nivel mundial, ganándose el respeto de la industria automotriz en su conjunto. Por ejemplo, los alemanes son conocidos por su ingeniería de alta calidad, los italianos por sus emblemáticos diseños y los japoneses por su gran eficiencia. 

¿Y qué hay de las marcas de automóviles estadounidenses? Destacan por ofrecer algunos de los muscle cars más icónicos del mercado. Modelos como el Ford Mustang o el Chevrolet Camaro son verdaderos objetos de deseo entre los amantes del automovilismo y no son los únicos. Aquí tienes 3 de los mejores coches americanos clásicos.

Chevrolet Corvette C3 Stingray

Se trata de uno de los deportivos americanos clásicos por excelencia. Conocido también como “Tiburón”, este icónico modelo fabricado por GM fue presentado en 1968 y se mantuvo en producción durante 14 años, hasta 1982. 

Su distintiva carrocería fastback y líneas aerodinámicas no dejó a nadie indiferente, convirtiéndolo en un verdadero fenómeno. Además, estaba equipado con potentes motores V8 y una suspensión deportiva, lo que le permitía ofrecer un rendimiento sobresaliente en carretera, pero también en pista. ¿Y su interior? Sublime, ya que combinaba a la perfección estilo y tecnología.   

El Corvette C3 Stingray podía conseguirse en dos versiones: coupé y convertible con techo de lona o rígido. Por otro lado, estaba disponible en diferentes versiones de motorización, desde el Small Block (5,4 litros y 300 CV) hasta el Big Block (V8 de 7.0 litros y 435 CV).

Aunque en 1983 ya no estaba a la venta, sí que se desarrollaron diversos prototipos que acabarían por dar lugar al Corvette de cuarta generación. Tanto es así que la comercialización del Corvette C4 se inicia solo un año después, en 1984. 

Los coches americanos como Ford Thunderbird siguen siendo a día de hoy muy codiciados por los coleccionistas

Ford Thunderbird

¿Otro de los mejores coches americanos? El clásico Ford Thunderbird, un vehículo que hizo su debut en 1955 y se comercializó hasta 2005. Su éxito no se hizo esperar: el primer año se vendieron nada menos que 16 155 unidades, superando las estimaciones iniciales, que rondaban las 10 000. Desde entonces, este modelo ha sido capaz de hacerse un hueco en la historia del motor, manteniendo su relevancia en las siguientes generaciones, un total de trece.

Fue diseñado para competir directamente con el Chevrolet Corvette, de ahí que tuviese un claro espíritu deportivo. Sin embargo, con el paso de los años su enfoque evolucionó hacia el lujo y la comodidad.

Bajo el capó se encontraba un imponente V8 de 4,8 litros de cubicaje que alcanzaba los 198 caballos en su versión automática, aunque fue aumentando su potencia a lo largo del tiempo, llegando incluso hasta los 300 CV. Eso sí, tal vez lo más llamativo era su estética, cuidada hasta el más mínimo detalle y que aún a día de hoy sigue fascinando a los amantes de los coches.  

Cadillac Eldorado 

En esta selección no podía faltar uno de los grandes coches clásicos americanos descapotables: Eldorado. Se trata de un vehículo fabricado entre 1953 y 2002 que rápidamente se convirtió en todo un éxito de ventas, así como un sinónimo de lujo y opulencia. Durante el primer año se vendieron 532 ejemplares (era una edición limitada) y en 1954 se apostó por lanzar una segunda generación con ligeros cambios. 

El Cadillac Eldorado medía 5,61 metros de longitud y destacaba por ser el primero en incorporar un parabrisas panorámico. En sus inicios equipaba un motor V8 de 5,4 litros que entregaba 210 caballos a 4150 rpm y se asociaba a un cambio automático, aunque en las versiones más potentes llegaría a alcanzar los 400 CV.

Por otro lado, era un automóvil realmente tecnológico. Así, no solo contaba con un sistema de suspensión ajustable y dirección asistida, también incorporaba aire acondicionado de serie. Además, ofrecía un diseño exterior inigualable y un interior cuidado y de la más alta calidad.

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