El 205, que se presentó el 24 de febrero de 1983, ayudó a transformar la imagen de Peugeot y a reflotar el Grupo PSA que, por aquella época, se encontraba en una situación económica muy delicada. También supuso una ruptura estilística para la firma francesa, que pasó de ser conocida por sus grandes berlinas tradicionales, como los 504 o 505, a tener una posición sólida entre el público más joven con un vehículo urbano de estética moderna y vocación deportiva, con hitos como el legendario 205 GTi o el exclusivo T16.
La apuesta por el 205 fue un éxito casi sin precedentes. Llegó a ser el Peugeot más vendido de la historia, con 5.278.300 unidades fabricadas entre 1982 y 1998 (en España se fabricaron 1.931.237 unidades). Además, su diseño tenía tanta personalidad, que apenas sufrió cambios a lo largo de sus 15 años de vida comercial. En el exterior se modernizaron las tulipas de los pilotos traseros, que no las formas, y poco más. Mientras, en el interior, lo único que varió fue el volante y el salpicadero.
El 205 cambió las reglas del juego, tanto en los aspectos de diseño como de tecnología y marketing. La mayoría de los Peugeot anteriores habían sido diseñados por Pininfarina, pero esta vez, el equipo de diseño de la propia marca, dirigido por Gérard Welter, presentó un diseño que ganó el concurso organizado internamente por la compañía (Pininfarina se tuvo que consolar diseñando el 205 Cabriolet). Aquel diseño inauguró algunos rasgos distintivos que se encontrarían en posteriores modelos de la marca, por ejemplo, la parrilla con lamas horizontales y la franja situada entre las luces traseras. En cuanto al diseño interior, todo fue obra de un nombre ilustre del diseño automovilístico, Paul Bracq, entonces miembro de Peugeot.
Peugeot 205: el primer diésel francés del segmento B
Técnicamente, el 205 supuso la entrada de Peugeot en la era moderna: compacto pero espacioso, práctico (en gran parte gracias al portón trasero), eficiente y económico, apto para todos los usos… En particular, es el primer coche de la marca que incorporó barras de torsión en la parte trasera para ampliar el espacio del habitáculo. También es el primer coche que introdujo la nueva familia de motores XU, concretamente el XUD7, unos cuatro cilindros de 1769 cm3 y 60 CV que convirtió al 205 en el primer diésel francés del segmento B y, sobre todo, en el primer diésel pequeño que ofrecía unas prestaciones equivalentes a las de sus homólogos de gasolina, pero con un consumo muy inferior (3,9 l/100 km de media).
De 45 a… ¡200 caballos!
El 205 fue el primer Peugeot del segmento B en contar con una gama de motores tan amplia y variada (¡de 45 a 200 caballos!), y con cambio automático, una opción poco frecuente en el mercado en aquella época. Cuando se comercializó en 1983, estaba disponible con cuatro motores gasolina y uno diésel. Al año siguiente, la gama se amplió con los legendarios GTI y Turbo 16, y con una versión de 3 puertas. A esta le siguió una amplia variedad de versiones que abarcaban desde las más asequibles, como el 205 Junior de 1986, con sus asientos de tela vaquera, hasta las más elegantes, como las versiones Lacoste o Gentry.
Peugeot 205 GTi: el mito
En 1985 llegó el esperado 205 GTI, un pequeño deportivo que cada vez está más cotizado y que es un auténtico objeto de deseo. La primera versión que llegó a los concesionarios Peugeot-Talbot fue el 1.6 105 CV, que en España había que importarlo y que fue un coche muy exclusivo en su momento. Más adelante, en 1986, llegaría una versión más potente, basada sobre el mismo bloque, pero con 115 CV. Finalmente, la trayectoria de esta versión tan especial se culminaría con el 1.9 130 CV, que derivó, ya al final de su vida comercial, en una versión de 122 CV catalizada y basada en el mismo bloque.
Peugeot 205 Rallye: un regalo muy especial para los amantes de la competición
Peugeot, como complemento al GTI, se sacó de la manga una versión muy especial denominada Rallye. Esta versión, cotizadísima en la actualidad, nació en su momento para ser la base ideal para poder competir en Rallyes. Se comercializaba con un acabado específico; lucía una carrocería pintada en color blanco decorada con los colores de Peugeot-Talbot Sport y unas llantas de diseño específico adaptadas a la competición, y un interior guarnecido con el piso de color rojo y un volante que exhibía los colores corporativos de Peugeot-Talbot Sport, en lugar del león de Peugeot.
Mecánicamente, el motor nada tenía que ver con el 205 GTI, pues se trataba de un 1,3 dotado de dos carburadores de doble cuerpo de 103 CV y 118 Nm de par motor máximo. Con todo ello, y gracias a su caja manual de cinco velocidades, el 205 Rallye era capaz de acelerar de 0 a 100 km/h en tan sólo 9,6 segundos.
Peugeot 205 Turbo16: un auténtico campeón
En 1984, el coche entró en la categoría reina del Campeonato del Mundo de Ralis, el famoso «Grupo B», de la mano de Jean Todt al volante del impresionante 205 Turbo 16.
Durante aquella primera temporada, Ari Vatanen causó sensación al ganar tres ralis. En 1985 y 1986, el 205 Turbo 16 llevó a Peugeot a ganar el título mundial de marcas y a Timo Salonen (1985) y Juha Kankkunen (1986) a hacerse con sendos títulos de pilotos. Al no existir ya el “Grupo B” a finales de 1986, Jean Todt propuso a Peugeot inscribir el 205 T16 en una prueba legendaria, el París-Dakar. Reto aceptado y superado con sucesivas victorias en 1987 y 1988. El PEUGEOT 205 T16 se sometió a diversas modificaciones para adaptarlo a la prueba y ganó el famoso rali del desierto, primero con Ari Vatanen al volante y un año después con Juha Kankkunen.
Por supuesto, no nos podemos olvidar del T16 de calle, que en la actualidad es uno de los modelos más cotizados del momento. Una auténtica joya de coleccionista.
Una estrella de la televisión
Desde 1983, el 205 mantuvo una estrategia de marketing acorde con sus cualidades. La campaña de lanzamiento lo bautizó con el sobrenombre de «número sagrado» y la idea caló hondo. También triunfó la legendaria campaña publicitaria que fue seña de identidad del 205 a lo largo de su trayectoria comercial, y que estaba protagonizada por el inolvidable eslogan “Peugeot 205, contigo al fin del mundo”.
Tampoco debemos olvidar aquel spot publicitario en el que un avión del ejército perseguía y bombardeaba el 205 en un lago helado, una escena muy al estilo de las películas de “James Bond”. Era un anuncio dirigido por Gérard Pirès, que unos años más tarde dirigiría el famoso largometraje Taxi, cuyo protagonista conducía un Peugeot 406 y que fue todo un éxito en taquilla.
