Cuando Volkswagen puso a la venta la segunda generación del Scirocco a principios de los ochenta, lo hacía con grandes ambiciones, teniendo en cuenta que la primera generación había logrado alcanzar el medio millón de unidades vendidas en apenas unos siete años. Aquel contaba con un precioso diseño de Giorgetto Giugiaro y la base mecánica del Volkswagen Golf mientras que aquí, con una mecánica similar, se había diseñado desde la propia casa partiendo de las líneas del genial pincel italiano. ‘El deportivo emocionante y sensato’, era el lema con el que se vendía este Scirocco en aquellos tiempos. Por supuesto, esto dependía de la variante que se escogiera.
El diseño exterior del Scirocco fue, en cierto modo, víctima de las modas de aquellos tiempos: partiendo de la experiencia y el estado de la técnica de finales de los setenta, los coches aumentaban de tamaño unos centímetros para ganar habitabilidad en el interior. Seguían teniendo bastantes aristas, pero estas se redondeaban para mejorar el flujo aerodinámico y, por tanto, también el consumo de combustible. En el caso del Scirocco ganaba músculo con sus bonitas aletas delanteras, su ya de por sí musculada línea y el spoiler trasero que le daba algo de carga aerodinámica – un spoiler trasero de goma, como era común utilizar en la década de los ochenta.
El Scirocco GTI, en cuestión, contaba con un motor atmosférico de unos 110 caballos de potencia – como muchos podréis adivinar, es el mismo que utilizaba el Volkswagen Golf GTI, pero colocado en este caso en la carrocería más estilizada del coche con el nombre del viento del sudeste mediterráneo. Se ubicaba en la gama por encima de los 1.3, 1.5 e incluso los 1.8 sin inyección mecánica Bosch como era el caso del GTI, aparte de rodar a más vueltas (dando la potencia máxima a 6.100 revoluciones por minuto) gracias a que era un motor con una relación diámetro/carrera más cuadrada. Un deportivo ‘Emocionante y sensato’. ¿Seguro?
Pues bien, en el caso del GTI no era tan emocionante. Aunque no era especialmente pesado, pues hasta las versiones de mayor peso se quedaban en torno a la tonelada, los 110 caballos y 137 Nm se quedaban algo cortos para un deportivo en los estándares de los años ochenta. No era un coche especialmente lento, pero tampoco especialmente rápido. Para solucionar esto, Volkswagen sacaría más adelante el GTX 16V, el primer Volkswagen con motor de 16 válvulas en el mercado, que daba cerca de 140 caballos gracias a su motor 1.8 aparte de un par motor de 168 Nm con el que trataba de pelear contra el Porsche 924 y otros deportivos pequeños.
En el caso del GTI, utilizaba una caja de cambios de cinco marchas manual (otras variantes contaban con cajas de cuatro marchas e incluso, para las versiones menos deportivas, una automática de tres marchas como utilizaban los Audi de la época), enviando la potencia a las ruedas delanteras (de nuevo, al igual que el Golf sobre el que se basaba. Era capaz de pasar de 0 a 100 en 9,3 segundos, llegando a rozar los 200 kilómetros por hora según cifras oficiales.
¿Era sensato? Se puede decir que sí. Desde luego, toda la botonera y la consola central está situada de manera ergonómica de manera que el conductor lo tiene no sólo a su alcance, sino en su campo de visión. Las luces de emergencia y otros controles útiles están ubicados cerca del volante, de manera intuitiva. Esto se aplicaba tanto al GTI como al GTX 16V que acabó siendo el tope de gama. Teniendo en cuenta las limitaciones de aquel entonces, para conducirlo a día de hoy el GTI de 110 caballos puede quedarse algo corto de potencia, pero no deja de ser un clásico interesante para paseos y para alguna ruta de montaña que no tenga desniveles muy acusados.
Pese a todo esto, el Scirocco de segunda generación apenas acumuló unas 300.000 unidades vendidas, reduciéndose su volumen de ventas en torno a finales de los noventa y estando en producción en Europa hasta 1992. El motivo principal era el que acabó siendo su sucesor espiritual, el más moderno, potente, atractivo y seguro Corrado. Muchos irían a por el GTX 16V, pero precisamente por esto, la posibilidad de dar en el mercado con un Scirocco II GTI (que no abundan precisamente) es también bastante interesante. Además de tener un sabor distintivo, incluso en comparación con el Scirocco de tercera generación que aparecería entre 2008 y 2018 – de nuevo heredando mecánica del Golf contemporáneo.