Cuando hablamos de Mercedes y deportivos, es inevitable pensar en las siglas AMG. Sin embargo, hubo un tiempo en el que los Mercedes más radicales no eran obra de AMG, sino del propio fabricante alemán. Para comprender esta historia, debemos trasladarnos a la década de los 80, cuando Mercedes-Benz presentó el modelo 190, nacido para llegar a un mayor número de compradores apostando por altas prestaciones y que no fuese excesivamente caro. El resultado fue su gran éxito de ventas.
Mercedes 190E 2.3-16V: una berlina deportiva lista para dejar su huella en las pistas.
Pero Mercedes no estaba satisfecho con una versión convencional. Así nació el 190E 2.3-16V, una variante deportiva que sentó las bases para una transformación histórica. Con su kit de carrocería discreto pero deportivo y mejoras interiores, este modelo preparó el terreno para lo que vendría después: el emblemático Mercedes-Benz 190E Evolution I.
Lo que quizás te sorprenda es que Mercedes-Benz estaba convencido de que para demostrar su superioridad técnica, necesitaba crear una variante cuya potencia le permitiera competir y triunfar en el mundo de los rallyes. En busca de ese objetivo, colaboraron con el renombrado preparador Cosworth, quien creó un extraordinario motor de 320 CV. Sin embargo, los planes cambiaron cuando Audi introdujo la tracción integral, dejando a Mercedes con un reto inalcanzable en las competiciones de rallyes.
Pero Mercedes-Benz no se rindió. Decidieron canalizar su pasión por la competición en el Campeonato Alemán de Turismos (DTM), siguiendo la normativa de la FIA que requería la comercialización de una versión de producción para poder homologarla en las carreras. Así nació el Mercedes 190E 2.3-16V, una berlina deportiva lista para dejar su huella en las pistas.
En 1988, Mercedes-Benz volvió a sorprender al mundo al anunciar que su berlina deportiva iba a contar con una mayor cilindrada de 2.5 litros y 204 CV en las versiones sin catalizador. Aunque el motor fue fabricado íntegramente en las instalaciones de Mercedes, los logotipos de Cosworth indicaban su origen. Este fue el comienzo del Mercedes 190E 2.5-16 Evolution I, un coche radical dirigido a los apasionados de la competición.
El 190E Evolution I: conquistó los circuitos de competición ganando cerca de 50 carreras en la DTM
El look más agresivo de la carrocería, con aletines más anchos y un llamativo alerón trasero, fue acompañado por una suspensión más rígida con altura regulable, frenos mejorados y llantas más grandes. La influencia del 190E Evolution I no se limitó a las carreteras; conquistó los circuitos de competición ganando cerca de 50 carreras en la DTM. Y en 1992, con la llegada del Evolution II, finalmente conquistó el DTM.
En el apasionante escenario del Campeonato Alemán de Turismos (DTM), el Mercedes-Benz 190E Evolution I se enfrentó a dos de sus más grandes rivales: Audi y BMW. La rivalidad entre estas marcas en el DTM fue un espectáculo que cautivó a los aficionados de la velocidad. Audi, con su tracción integral y modelos como el Audi V8 quattro, demostró ser un contendiente feroz en la pista. Por otro lado, BMW presentó vehículos como el BMW M3 E30, un ícono que dejó una marca indeleble en la historia del automovilismo.
Klaus Ludwig, Kurt Thiim y Bernd Schneider llevaron el legado del 190E Evolution I a la victoria
Los pilotos más importantes y exitosos del Mercedes-Benz 190E Evolution I incluyen a nombres como Klaus Ludwig, Kurt Thiim y Bernd Schneider. Estos pilotos llevaron el legado del 190E Evolution I a la victoria, conquistando múltiples títulos en el DTM y dejando una huella imborrable en la historia del automovilismo.
Una anécdota memorable en la historia del 190E fue la carrera en Nürburgring en 1984, donde varios modelos 2.3-16V de serie compitieron contra pilotos de Fórmula 1, incluido el entonces desconocido Ayrton Senna, quien se impuso ante nombres legendarios como Moss, Lauda, Prost y Hill, en una hazaña que se ha vuelto histórica e indescriptible.
El legado del Mercedes-Benz 190E Evolution I es uno de pasión por la velocidad, innovación y rendimiento. Desde sus inicios modestos hasta su evolución radical, este automóvil dejó una marca imborrable en el mundo automovilístico. Su presencia en las pistas y su impacto en las competiciones de alto nivel son un testimonio de su importancia en la cultura del automóvil.
En resumen, el Mercedes-Benz 190E Evolution I no solo es un automóvil; es una obra maestra de la ingeniería y la competición que sigue emocionando a los entusiastas y dejando su huella en la historia del automovilismo.