Cuando la 2ª generación del Golf cumplía dos años en el mercado (1986), Volkswagen, decidió dar un paso audaz. Anunció que estaba desarrollando una versión de rallye de su popular compacto, con la ambiciosa intención de competir en el Campeonato Mundial de Rallyes (WRC) y enfrentarse al dominador de la época, el Lancia Delta Integrale. Así nació el Volkswagen Golf G60 Rallye, un coche que, aunque no alcanzó la gloria en las pistas, dejó una huella muy importante.
Un Proyecto Ambicioso: Del Prototipo a la Realidad
El camino para desarrollar el Golf G60 Rallye no fue rápido. Incluso muchos lo achacaban a que se estaban encontrando con importantes dificultades para llevarlo a cabo. Volkswagen mostró varias versiones prototipo antes de que el coche finalmente viera la luz.
Tuvimos que esperar hasta 1989 para que el fabricante alemán lanzara al mercado la versión de calle del Golf G60 Rallye. Se trataba de producir al menos 2.500 unidades dirigidas al gran público y cuyo requisito exigía la FIA para homologarlo en competición dentro del Grupo A. Algo que superaron pues fabricaron 5.000.
Motor y Tracción: El Corazón del G60 Rallye
El Volkswagen Golf G60 Rallye, obviamente se convirtió en un coche muy exclusivo, pero en donde realmente se distinguía era por su configuración mecánica. Estaba equipado con un motor 1.8i de 8 válvulas basado en el motor del Golf GTI 8V, pero con la adición de un compresor G60 que elevaba la potencia hasta 160 CV. Este motor, que fue una innovación importante en su época a nivel de prestaciones, y cuyo compresor tenía su origen en el revolucionario G40 montado para el VW Polo II.
Una de las características más destacadas del G60 Rallye era su tracción integral Syncro. Este sistema estaba diseñado como es lógico, para afrontar las condiciones difíciles que se iba a encontrar en las diferentes pruebas del Mundial. Aunque tenía un contra, y es que añadía un peso considerable al coche, que se incrementaba todavía más con la incorporación de elementos como las barras estabilizadoras. Su peso era de 1.330 Kg, unos 200 kg más que un GTI 16V normal, por lo que el G60 Rallye sufrió en términos de agilidad y dinamismo, lo que fue uno de los factores que limitó su éxito en la competición.
Diseño Exterior: Un Golf con Actitud
El Golf G60 Rallye se diferenciaba claramente del resto de la gama. Exteriormente, el coche presentaba un aspecto más robusto y agresivo, adecuado para su propósito de competición. Se caracterizaba por guardabarros ensanchados y la sustitución de los faros redondos típicos del Golf por unos faros cuadrados, lo que le daba una apariencia «más afilada» y agresiva. Este diseño estaba claramente inspirado en otros coches de rallye exitosos de la época, como el Lancia Delta.
Las luces traseras del G60 Rallye estaban parcialmente oscurecidas en la parte superior, y tanto el parachoques delantero como el trasero eran de una sola pieza, pintados en el color de la carrocería, lo que le daba un aspecto más cohesivo y aerodinámico. Volkswagen también introdujo algunas características exclusivas en las últimas unidades fabricadas, como la tapicería de cuero en las últimas 50 unidades, lo que aumentaba aún más su atractivo para los coleccionistas.
Variantes y Ediciones Especiales: El Golf G60 Limited
Además del G60 Rallye estándar, Volkswagen produjo una versión aún más exclusiva: el Golf G60 Limited. Limitada a solo 71 unidades, esta versión especial estaba equipada con una culata de 16 válvulas y un motor que producía 210 CV, lo que la convertía en el Golf más potente hasta la llegada del Golf R32 muchos años después. A diferencia del G60 Rallye, el G60 Limited prescindía del agresivo kit estético, lo que le daba un aspecto más discreto, pero aún más deseable para los entusiastas.
El Golf GTI G60, otra variante de la gama, era básicamente un GTI con el mismo motor sobrealimentado por compresor G60, pero sin la tracción integral Syncro. Esto hacía que fuera más ligero y ágil en comparación con el G60 Rallye, pero menos exclusivo.
En la Competición: Un Debut y Despedida en el WRC
El Volkswagen Golf G60 Rallye fue desarrollado para la competición por VW Motorsport, el brazo deportivo de la compañía. La versión de competición del G60 Rallye contaba con un motor ajustado para producir entre 270 y 300 CV, una potencia considerable para la época y la categoría en la que competía. Sin embargo, su peso adicional y la configuración de tracción integral limitaron su rendimiento en los rallyes.
El G60 Rallye hizo su debut en el Campeonato Mundial de Rallyes en 1990, pero los resultados no fueron los esperados. A pesar de su potencia y tracción integral, el coche no pudo competir eficazmente contra el todopoderoso Lancia Delta Integrale y otros competidores de alto nivel. Volkswagen terminó la temporada en 10ª posición en el campeonato de pilotos, con solo 10 puntos, mientras que Lancia dominó con 137 puntos. La mejor posición que logró el G60 Rallye fue un tercer puesto en el Rally de Nueva Zelanda. En el Campeonato de Fabricantes finalizó en la tercera posición.
Este decepcionante debut resultó ser también la despedida del G60 Rallye en el WRC, ya que Volkswagen decidió no continuar con el proyecto para la temporada 1991. Sin embargo, algunos pilotos privados continuaron compitiendo con el G60 Rallye en eventos locales y regionales hasta 1995, lo que ayudó a consolidar su reputación como un coche de culto.
El Legado del Volkswagen Golf G60 Rallye
A pesar de su breve y no tan exitoso paso por la competición, el Volkswagen Golf G60 Rallye se ha convertido en un vehículo altamente codiciado por coleccionistas y entusiastas de la marca. Su combinación de exclusividad, diseño agresivo y conexión con el mundo de los rallyes lo convierten en uno de los modelos más especiales en la historia del Golf.
Hoy en día, encontrar un Golf G60 Rallye en buen estado es una tarea difícil, y sus precios en el mercado de coches clásicos reflejan su estatus de culto. Con solo 5.000 unidades producidas y una historia tan rica, estamos ante un automóvil que ha sabido hacerse un hueco en el corazón de los que amamos los coches.
