Este año se celebra el 30 aniversario del Renault Twingo. La historia del simpático urbanita francés se remonta a la década de los 70. En aquella época, en la que los coches de reducido tamaño tenían especial protagonismo, sobre todo por aquello de hacer frente a la crisis del petróleo que comenzó el 16 de octubre de 1973, Renault tenía entre sus proyectos de lanzamiento el desarrollo de un urbano que se situaría por debajo del exitoso Renault 5 y que rivalizaría con el Fiat 126, MINI y Citroën LN, entre otros. Pero las dudas sobre la viabilidad comercial del proyecto, conocido internamente como VBG (Voiture Bas de Gamme), y el rotundo éxito del Renault 5 y Supercinco, obligaron a guardar esta idea en el cajón.
Un nacimiento complicado
Llegan los 80 y la situación financiera de la compañía francesa no era precisamente la mejor. De este modo, en 1985, François Mitterrand, por aquel entonces presidente de la República Francesa, nombraba como máximo mandatario de la Regie Renault a Georges Besse, un ingeniero, empresario e industrial francés de enorme prestigio que contribuyó al desarrollo del programa nuclear en Francia. En los primeros 18 meses, Besse, natural de Clermont-Ferrand, se vio obligado a despedir 21.000 empleados para poder hacer frente a la importante crisis económica de la compañía. Como consecuencia de ello, el grupo terrorista Action Directe, que fue responsable de más de 50 ataques contra el estado francés, le asesinó de varios disparos en la puerta de su domicilio el 17 de noviembre de 1986.
Para reemplazar a Besse en el cargo, el Ministro de Industria, Alain Madelin, contactó con el ingeniero francés Raymond Lévy. La presencia de Lévy supuso un giro radical en Renault, pues aplicó una estrategia empresarial y de producto que giraría en torno a la calidad. Una de sus decisiones más importantes para llevarlo a cabo fue la contratación del diseñador francés Patrick Le Quément, que relevó a Gaston Juchet oficialmente en enero de 1988. Le Quément no sólo sería el máximo responsable de diseño de Renault, sino también de calidad. Una vez que el marsellés tomó las riendas, Juchet le hizo entrega de un par de llaves que le darían acceso a un garaje confidencial en el que descansaban dos prototipos que formarían parte del proyecto W60, un proyecto que no fue aprobado en su día y que se canceló momentáneamente. Había dos propuestas; una del prestigioso diseñador Marcello Gandini (el creador del Renault Supercinco, entre otros) y otra diseñada por un hombre de la casa, el también francés Jean-Pierre Ploué. La primera propuesta, la de Gandini, fue descartada de inmediato por Le Quément por no resultarle interesante. Sin embargo, la de Ploué, que sería el germen del futuro Twingo, sí que le llamó la atención. Esta última, sería la que marcaría el camino hacia el modelo definitivo.
Sacar adelante el proyecto industrial del Twingo no fue un camino de rosas. Su gran valedor fue Patrick Le Quément, que tuvo que defenderlo a capa y espada en un primer consejo de administración ante la cúpula directiva y los diferentes responsables de los departamentos de marketing, planificación de producto, ingeniería y finanzas, entre otros. El resultado, tras esta sala de juntas, no fue nada positivo, pues el propio Le Quément sintió que la probabilidad de dar continuidad al Twingo era realmente baja.
Llega una nueva estrella a París
El siguiente paso, fue la habitual exposición interna y confidencial que suele realizarse antes de aprobar el lanzamiento al mercado de un nuevo modelo. En un estudio específico para dicho acto, y ante las caras de pocos amigos de la mayoría de los asistentes, Le Quément quitó la lona que cubría uno de los primeros prototipos. Una vez descubierto, Raymond Lévy esbozó una sonrisa de complicidad con Le Quément a modo de aprobación. Sin embargo, no fue suficiente para validar el proyecto de manera definitiva, pues, pese a tener una conformidad del 25% de los diferentes responsables de las distintas áreas, había un rechazo del 50%, sobre todo por parte de los máximos responsables del departamento de marketing.
Tras este resultado poco esperanzador, Le Quément envió una nota a Raymond Lévy . Decía lo siguiente: «El mayor riesgo para nuestra empresa es no correr ningún riesgo «. A lo que Lévy respondió: «Sí, estoy absolutamente de acuerdo mi querido Director (Mon Cher Directeur). Seguiremos adelante”. Con esa breve y contundente respuesta se aprobó el proyecto X06. Nació el Renault Twingo. ¿El resultado? Un éxito sin precedentes y más de 2,6 millones de unidades fabricadas en sus 13 años de vida comercial.
El Twingo se presentó a la prensa y al gran público en el Salón de París, que se celebró en octubre de 1992. Fue la gran estrella de la cita parisina y cautivó a la inmensa mayoría de los visitantes. Su entrañable sonrisa, atrevido concepto y fuerte personalidad, no paso desapercibido. Nació una estrella.
Su producción se llevó a cabo en la factoría francesa de Flins y en la española de Valladolid (más adelante, también se fabricó en Colombia y Uruguay). Con la rentabilidad siempre muy presente, pues hay que hilar muy fino en modelos de este segmento, Renault estudió concienzudamente su puesta en marcha antes de industrializarlo y, posteriormente, comercializarlo. De este modo, la primera serie que se lanzó al mercado en 1993 era sumamente sencilla; no había niveles de acabado y sólo se comercializaba con una carrocería de tres puertas, un motor de gasolina (una versión modernizada con inyección monopunto y 55 CV del veterano Cléon-Fonte) y un único diseño de tapicería (muy colorida y alegre, por cierto). Tampoco dejaba demasiadas opciones a la vista, pues tan sólo se podía añadir el aire acondicionado, un techo corredizo de lona y la pintura metalizada. Eso sí, la lista de accesorios y elementos de merchandising era generosa. En cuanto a los colores de carrocería, la gama se reducía a seis colores, todos ellos vivos y alegres. Todo iba muy en consonancia con el espíritu del modelo.
Como el éxito fue rotundo, el Twingo fue creciendo año a año con diferentes colecciones anuales que permitían mejorar su equipamiento para hacerlo aún más atractivo. Llegarían elementos como el ABS, airbags, cierre centralizado, dirección asistida, cambio robotizado sin embrague de cinco velocidades y nuevos colores y tapicerías.
Hijos sin su personalidad ni carisma
En el otoño de 1998 llegaría una segunda fase con cambios muy profundos, que supondría una mejora considerable respecto a su predecesor. El Twingo 2, que así es como se denominaba comercialmente, era un producto mejor en todo, pero no tenía la chispa, la originalidad y hasta la alegría del primero. Sin embargo, el salto de calidad y acabado era enorme, y recibía un nuevo motor más moderno y eficiente, concretamente el 1.2 con 8 y 16V, que respondían al código interno D7F y D4F, respectivamente. Las suspensiones también recibirían una importante revisión para mejorar la estabilidad, la calidad de rodadura y el confort de marcha.
En 2006, Renault cesaría la producción de este icónico automóvil que fue muy importante para la firma con sede en boulogne-billancourt. En 2007, llegó su sustituto, un modelo que no tenía nada que ver con el original pese a que perteneciera al mismo segmento. Con gran parecido al Citroën C2, el Twingo de segunda generación no tenía el estilo, la personalidad y la alegría del pionero. Era un coche insulso que no aportaba nada y que, además, no supuso un avance en calidad de fabricación, cualidades prácticas y conducción. Fue un modelo que pasó con más pena que gloria y dejó de fabricarse en 2014 tras 7 años en el mercado.
Con la tercera generación, la actual, la cosa no mejoró lo más mínimo. Basado en el smart forfour, este último modelo tampoco contaba con ninguna de las virtudes del primer Twingo. Al igual que el segundo, seguía siendo un coche de baja calidad con un tacto de conducción pésimo y una habitabilidad y cualidades prácticas que brillaban por su ausencia. Otro coche sin gancho ni personalidad que finalizará sus días pasando totalmente desapercibido y cayendo en el olvido más absoluto. Actualmente, sólo se vende con una motorización eléctrica y dos niveles de acabado.
¿Tendremos un remake del Twingo tal y como ocurrirá con los Renault 4 y 5? A corto y medio plazo parece que no. Sin embargo, en un futuro, probablemente Renault vaya al rescate a este simpático urbano que tanto aportó a la firma del rombo. No obstante, si eres fan del original, puedes hacerte con una buena unidad de segunda mano para disfrutar de un urbano con alma (como nos gusta en Soul Auto) y lleno de personalidad. Te proporcionará mucha alegría, las sensaciones que no son capaces de ofrecerte un urbano moderno y hasta una cama en su interior para descansar o ver las estrellas en una noche de verano. Como coche para el día a día, tendrás uno de los utilitarios más prácticos y útiles que puedes comprar.
Autor: Gustavo (Soul Auto)