Opel Calibra V6: Un coche con toque al DTM original a precio interesante

A finales de los ochenta aparecieron coches en salones del automóvil que, si bien algunos tuvieron más éxito comercial y otros menos, muchos se quedaron en las mentes y corazones de miles de fans del motor mucho más allá de su vida comercial. Uno de esos éxitos fue el Calibra, que apareció en los concesionarios en junio de 1989 como el coche de producción en serie con mejor aerodinámica del mercado, con un espectacular CX de 0,26. De hecho, no sería superado por ningún fabricante en una década, manteniendo ese récord en su haber hasta que apareció en el mercado en 1999 el Honda Insight. El Calibra era, a simples rasgos, una variante Coupé del Vectra de entonces, pero acabó siendo mucho más – lo cual se hace aún más obvio con su variante V6.

Como derivado del Calibra, partía de una mecánica similar, siendo la época en la que era común tener coupés generalistas – aún así, el Calibra venía con buenos motores, lo que junto a una estética atractiva lo hizo popular desde el primer momento, sobre todo por parte de conductores jóvenes (que han ‘contribuido’ a que haya pocas unidades o en mal estado en la actualidad, muchas ellas víctima del tuning más despiadado de finales de los noventa). El Calibra fue también la opción de Opel para adentrarse en el DTM cuando este estaba en su época más salvaje, así como en el ITC con la normativa de los Superturismos. De hecho, en base al título del DTM del ex piloto de Fórmula 1 Keke Rosberg se lanzaría una versión especial del Calibra.

El motor más sencillo era un 8 válvulas, existiendo pronto un 16 válvulas. Más tarde llegaron los Calibra 4×4, Turbo y el V6 que nos ocupa – de entrada, estos tenían un CX peor, de 0.29, debido a los cambios en el conjunto aerodinámico, además de los cambios en la refrigeración y la parte inferior de los coches. El V6 tuvo la ventaja de salir al mercado a un precio similar al 16 válvulas, pero con un motor 2.5 en posición delantera transversal en vez de un 2.0, 20 caballos más y un motor que ofrecía un consumo bastante aceptable para tener más cilindrada (incluso menor en algunas situaciones).

En comparación con el 16 válvulas, aunque era más potente (170 caballos oficiales…aunque en los bancos de potencia podían dar más) y tenía más fuerza y velocidad, no daba unas sensaciones tan deportivas en su paso por curva debido al peso extra del V6 en comparación con el cuatro cilindros en línea – aún así, era bastante efectivo tanto girando como frenando. Aún así, el comportamiento era redondo sobre todo si se subía hasta las 6.000 vueltas, con prestaciones por lo general mejores que las del 16V. La caja de cambios era algo lenta y con una percepción de calidad menor que la del motor.

Ya entonces contaban con servofreno, ABS y control de tracción como elementos de serie, además de frenos de disco tanto delante como detrás y dirección de cremallera asistida. El peso en vacío del Calibra V6 era de unos 1.355 kilogramos, no precisamente un peso pluma para los estándares de la época – eso sí, nunca se trató de un coche pequeño como lo fue el opel Tigra que salió años después.

Encontrar unidades en buen estado de los Calibra V6, al igual que otras variantes de este Opel, es posible, pero no ocurre todos los días. Hasta hace unos años existían unidades que además estaban a buen precio, siempre y cuando esquivando aquellos que habían recibido maltratos de las ‘eras tuneras’. Por suerte, su estética le ha mantenido el atractivo incluso 35 años después de su lanzamiento original. Los 2.0 8V y 16V se encuentran por precios bajos, mientras que los 4×4 Turbo se han revalorizado de manera notable – sin embargo, los V6 están en un término medio, de modo que pueden considerarse tanto como una buena inversión como un coche disfrutón por relativamente poco dinero.

En competición, el Calibra sería también propulsado por un motor V6 y con tracción total, haciendo frente a los Alfa Romeo 155 ganadores en 1993. Este coche pesaba apenas 1.040 kilogramos. Al principio contaban con 420 caballos, pero para 1995 habían evolucionado a 450. Al año siguiente, con la llegada del ITC, los Calibra daban unos 500 caballos de potencia, además de contar con un brutal conjunto aerodinámico, caja de cambios X-Trac y diferenciales o barras estabilizadoras que se podían controlar por ordenador en una era muy loca para las carreras de turismos. Todo ello contribuyó a la fama de los Calibra V6 de calle, por supuesto. Por otro lado, los Calibra 4×4 también aparecieron en el Mundial de Rallyes como Grupo A – incluso corrieron algunos en España dentro del Nacional de Tierra.

Pese a que nació como un derivado coupé del Vectra, el Calibra se mantuvo dos años más en el mercado, siendo retirado entre los años 1997 y 1998 (en el caso del V6) sin ningún sucesor directo (ya que el Tigra era mucho más corto). Este llegaría tres años más tarde, en 2000, con el llamado Astra Bertone, una variante del Astra G con carrocería alargada y, por supuesto, dos puertas, otro coche interesante que se puede encontrar por precios interesantes en el mercado.

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